DE MÉDIUM A SANTO: LA PROMESA DE MARÍA
La increíble historia de Bartolo Longo

No cabe duda de que dentro de nuestra Iglesia hay personajes y sucesos suficientes como para mantenernos ocupados aprendiendo toda una vida; más aún cuando aplica aquello de que la ficción es superada por la realidad…

Constructor del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya y uno de los más grandes propagadores de ésta devoción; beatificado por el Papa Juan Pablo II el 26 de Octubre de 1980, Bartolo Longo es uno de estos casos increíbles y uno de los ejemplos más luminosos y esperanzadores para todo cristiano que se acoja a la Virgen María: Si alguna vez nos ha dado en pensar que no somos dignos del perdón de Dios, que Su misericordia está fuera de nuestro alcance y un cambio de vida es una meta absolutamente imposible, recurramos al ejemplo de este hombre que supo muy bien reclamar a María su promesa de asistir a todo hijo que se refugie en Ella con confianza. Si para él –pese a su escandaloso pasado- hubo lugar en el regazo de la Madre, no es posible dudar que lo haya para cada uno de nosotros.

Bartolo Longo nació en Italia en1841 y desde niño ya se manifestaba su carácter vivo y sin términos medios. En sus años de estudiante se dejó llevar por las teorías anticristianas del momento y se involucró en el mundo del ocultismo llegando a ser "médium" y "sacerdote" espiritista. Odiaba a la Iglesia Católica y promovía toda actividad que implicara la crítica al clero y su descrédito.

Esta experiencia paradójicamente – pues Dios es así - le sirvió de peldaño para redescubrir la fe definitivamente, en cuyo proceso fueron instrumentales un profesor amigo -Vincenzo Pepe- y un sacerdote dominico, el Padre Alberto Cadente, quien le dio la recomendación que regiría su vida en adelante: ‘Si quieres salvarte, propaga el Rosario; es una promesa de María’

Se convierte Bartolo el día del Sagrado Corazón de Jesús de 1865 y en efecto, clama al cielo buscando la protección de María y acogiéndose a sus promesas. Es así que Dios elige a este hombre pecador como instrumento para propagar su gloria con la construcción de un santuario dedicado a la Santísima Virgen donde otros pecadores fueran a encontrar también el perdón y la paz.

"Sobre todo puede decirse de él sin exagerarafirmaba el Papa Juan Pablo II–
que toda su vida fue un servicio permanente a la Iglesia, en nombre de María y por amor a Ella. Con el Rosario en sus manos nos dice también a nosotros cristianos de hoy: ¡Ojala vuelva a despertarse tu confianza en la Santísima Virgen del Rosario... Santa Madre, te traigo todas mis preocupaciones, en ti deposito toda mi confianza, toda mi esperanza!"

Figura indudablemente excepcional de laico católico, no se dejó distraer por la grandiosidad de sus empresas ni el clamor o el disenso que suscitaban; consagra su vida entera al servicio de la Madre de Dios y a la difusión de su culto. Para él, el amor que se le tiene ha de expresarse en amor a los hombres: La fe proyectada en obras…
"La Virgen no quiere en ustedes la fe sin las obras de caridad: Debemos completar cada acto de fe con una obra de caridad”

Lo primero se expresa -por sobre todo- en la devoción del Rosario como fundamento de la búsqueda del hombre de la intercesión de la Madre de Dios que trae consigo la conversión y el espíritu de oración. Respecto a lo segundo, las obras de misericordia parecieran ser lo más típico del santuario pompeyano.

Recordamos con gratitud a este gran hombre y nos acercamos a él muy especialmente para buscar en su legado las respuestas que el corazón temeroso y fatigado por su pecado necesita como camino de regreso a Dios.

María, Madre de Misericordia, nos reciba en su regazo y nos transforme mediante el rezo del Santo Rosario... nosotros acojámonos a sus promesas y dejemos que Ella nos conduzca como al beato Longo hacia la santidad.

*Fuente:
http://www.santuario.it/ - Portal del Santuario de Pompeya


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